El jet lag, un mal muy conocido entre los viajeros frecuentes, es un trastorno que principalmente causa fatiga, e insomnio, y que está asociado a los viajes en avión que atraviesan distintas zonas horarias. Se le considera un trastorno del ritmo circadiano, el ritmo interno que regula nuestro cuerpo y que nos ayuda a identificar los momentos de despertar y los de dormir.
En las personas que sufren jet lag, este desajuste del sueño frecuentemente también va acompañado de dolor de cabeza, estreñimiento, mareos, dificultad para concentrarse…
Aún así, la mayor parte de las personas que presentan esta sintomatología tras haber viajado no suelen acudir al médico, por lo que no es un trastorno que se diagnostique habitualmente. La mayor parte de los viajeros logran superarlo por su cuenta en pocos días.
Lamentablemente, no hay un único truco que vaya a hacer que tu jet lag desaparezca de la noche a la mañana, pero atacar a la raíz del problema puede ayudarte a gestionarlo lo mejor posible.
En primer lugar, trata de comprender a tu cuerpo durante los días de adaptación. Procura no tener un horario muy estricto, ni muchas tareas que tengas que realizar en cada jornada. Para los que viajamos por trabajo, es más fácil decirlo que hacerlo, pero trata de dejarte espacio para descansar. Ve acostumbrándote al nuevo horario a través de las comidas, por ejemplo. ¡Tu estómago sin duda es un gran aliado en tu batalla con el jet lag!
Si puedes, pasa tiempo al sol. Tu reloj interno reaccionará a la exposición a su luz y se ajustará más rápidamente. Aunque estés cansado, te beneficiará más sentarte en un parque o en una terraza que tratar de dormir en una habitación con las persianas bajadas.
También te ayudará evitar consumir medicamentos o bebidas que alteren tus niveles de energía. En la medida de lo posible, descarta el uso de pastillas para dormir pero también el consumo de alcohol o de cafeína.
En pocos días volverás a recuperar el ritmo en tu horario y volverás a tus niveles de energía habituales. Si no fuese así, ¡no dudes en consultar con un médico si ves que el proceso se alarga o te sientes peor de lo que esperabas! No consumas medicamentos que les haya funcionado a otras personas, y recuerda que los profesionales sanitarios son los únicos que pueden ofrecerte ayuda en estas situaciones.
